MUJER DE GRAN VALÍA

 

MUJER DE GRAN VALÍA,

MI MADRE.

Tan grande es mi gratitud,

que mi espíritu se goza,

ya por nada se acongoja,

regia fue mi juventud,

la viví con plenitud,

tuve en ella mucho amor,

para mi MADRE  fui una flor,

me regaba con pasión,

me otorgó su corazón,

me envolvió con su calor.

Sus palabras me enseñaron,

sus caricias yo sentí,

en sus brazos me dormí,

sus ternuras me abrazaron,

sus manos me alimentaron,

sus consejos fueron sabios,

sus regaños sin agravios,

me formaron sus valores,

no importaron mis errores,

miel destilaban sus labios.

Mujer de grande belleza,

cuando la polio me dio,

magno pesar la envolvió,

colosal fue su nobleza,

grande fue su fortaleza,

demostró su gran valía,

su bolsa estaba vacía,

sus pies de dolor sangraban,

muchas horas caminaba,

lamentarse no podía.

Entonces a Dios clamó,

recorrió grandes trayectos,

se alejaron sus afectos,

Dios con piedad la miró,

sus ojos a ella volvió,

y me miró con clemencia,

agració mi inocencia,

Mamá estuvo a mi lado,

con su dolor silenciado,

ella formó mi existencia.

Ya al cielo se ha marchado,

sus caricias ahora añoro,

su recuerdo mi tesoro,

de empuje mi alma ha llenado,

con su ayuda he caminado,

me abasteció de experiencia,

me traspasó resistencia,

me dejó conocimientos,

me donó sus sentimientos, 

me saturó de su esencia.

Palabras de mi Corazón

De mi autoría

Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente 
a las de las piedras preciosas.

Prov. 31:10